martes, 15 de enero de 2013

¿QUÉ NOS HIZO HUMANOS? V


5. Encefalización y ciclo vital: incremento del volumen cerebral; estrechamiento de la pelvis; dificultades en el parto.
Siempre que se habla de humanización aparece inevitablemente el término ‘encefalización’. Se puede dar por sentado que ser humano y tener un cerebro más grande son prácticamente sinónimos.
Algo de verdad hay en esto, efectivamente, si bien no parece estar del todo claro cuándo debemos considerar que un cerebro es más grande que otro. Esto se puede hacer en términos absolutos; pero también lo podemos hacer en términos relativos, es decir, que el peso (o el volumen) de cada cerebro tendrá mayor o menor importancia en función del peso del cuerpo en el que está ese cerebro.
El cerebro del ser humano no es como el de un chimpancé aumentado de tamaño. En primer lugar, se puede dar, y de hecho se ha dado, una importante reorganización del interior del cerebro, por lo que los cerebros de ambas especies difieren no sólo en su tamaño sino también en su organización interna. Hablaremos de esto más adelante. ¿Se puede apreciar en la superficie del cerebro ese cambio en su organización interna? ¿Se observa realmente que unas partes han aumentado más que otras? La respuesta provisional a esta pregunta es sí, si bien todavía no existe un consenso claro.


La pelvis se ha debido ensanchar, lo cual ha sido fundamental en la evolución de nuestra especie. Los huesos ilíacos de la región pelviana en los Homo sapiens (e inmediatos antecesores) "giran" hacia el interior de la pelvis, esto le permite soportar mejor el peso de los órganos al estar en posición erecta. La citada modificación de la pelvis implica una disminución importante en la velocidad posible de la carrera por parte de los humanos. La bipedestación implica una posición de la pelvis, que hace que las crías nazcan "prematuras": en efecto, el parto humano es denominado ventral acodado ya que existe casi un ángulo recto entre la cavidad abdominal y la vagina que en el pubis de la mujer es casi frontal, si en todos los otros mamíferos el llamado canal de parto es muy breve, en cambio en las hembras de Homo sapiens es muy prolongado y sinuoso, esto hace dificultosos los alumbramientos. Como se verá más adelante, esto ha sido fundamental en la evolución de nuestra especie.

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