La evolución es un hecho y no
una teoría, porque la podemos demostrar con diferentes tipos de pruebas.
Pruebas taxonómicas
La taxonomía es la clasificación de los seres vivos a partir
de sus características. Cada especie de seres vivos se agrupa con otras
parecidas en grupos. A su vez, los grupos se unen con otros parecidos, dando
lugar a agrupaciones de mayor tamaño, hasta llegar al reino.
Pruebas
biogeográficas
La
fauna y la flora de dos regiones son más parecidas cuanto mas cercanas están.
Esta relación no tendría por qué cumplirse si cada especie se hubiera creado de
forma aislada. En cambio, se explica si las especies están relacionadas. Tendrá
antepasados comunes y será parecida las especies de zonas próximas Son ejemplos
característicos de esto los pinzones de las islas Galápagos que fueron
estudiados por Darwin.
Pruebas
paleontológicas
Al estudiar los fósiles se observa que los seres vivos que
han habitado la Tierra
han cambiado y que unas especies han sido sustituidas por otras. Por ejemplo. La
evolución de los caballos para adaptarse a las grandes praderas abiertas por
las que corrían.
Pruebas
embriológicas.
Al estudiar el desarrollo embrionario de los animales se
descubre que en las frases iniciales existen muchas semejanzas, y más cuanto
más próximos son los animales. Por ejemplo, a aleta de un delfín y el ala de un
murciélago, son órganos con la misma estructura interna, pero uno es para nadar
y otro para volar.
Pruebas anatómicas
Los órganos de los animales, en función de su estructura
interna y de su función pueden ser homólogos o análogos:
Los órganos homólogos tienen la misma estructura interna,
aunque su forma externa y su función sean diferentes. Un ejemplo de esta prueba
es la presencia de la cola en la mayoría de los vertebrados (incluso de los
seres humanos) al principio de desarrollo embrionario, aunque luego algunos la
pierdan en fases posteriores.
Por
último, las pruebas más recientes y las que mayores posibilidades presentan,
consisten en comparar ciertas moléculas que aparecen en todos los seres vivos
de tal manera que esas moléculas son tanto más parecidas cuantas menores
diferencias evolutivas hay entre sus poseedores, y al revés; esto se ha hecho
sobre todo con proteínas y con ADN.
Microevolución
y macroevolución.
Muchas veces los cambios que se producen en
ciertas especies son bastante pronunciados y acaban dando lugar a otra especie
diferente. Esto se denomina MICROEVOLUCIÓN. Si las diferencias que se producen
son muy pronunciadas entre la especia creada y la original, puede ocurrir que
una acabe sobreviviendo al medio y la otra extinguiéndose; este hecho se
denomina MACROEVOLUCIÓN. Este caso extremo se produce cuando los cambios
producidos en la especie original son más adecuados para sobrevivir en el
medio.
Cuando una población cambia su información
genética por mutaciones, la combina por la reproducción sexual, y la selección
natural favorece las nuevas combinaciones genéticas, con el tiempo esa
población dejará de pertenecer a su especie y se convertirá en una especie
nueva, lo que llamamos especiación. Este proceso es lento y gradual, según los
darwinistas y neodarwinistas, o es rápido y brusco, según los
"saltacionistas" del equilibrio puntuado.
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