sábado, 23 de febrero de 2013

La selección natural (C. Darwin).



Charles Darwin (1809-1882) fue el científico evolucionista más importante del siglo XIX Estudiante de las 
universidades de Edimburgo y Cambridge en Inglaterra, terminó sus estudios de teología a la 
edad de 22 años. Preparado para ser ministro protestante de la Iglesia, sin embargo, el mayor interés de 
Darwin estaba en el mundo natural.
Un suceso clave en la vida de Darwin, fue su integración en una tripulación como naturalista donde realizaría una expedición a través del mundo de 5 años de duración. En las islas Galápagos, quedó muy impresionado por las especies de animales que vió y, sobre todo, por las sutiles diferencias entre los pájaros de las islas del archipiélago de las Galápagos. En ese momento comenzó Darwin a delinear sus ideas acerca de la evolución.
Darwin entendió que toda población consiste de individuos ligeramente distintos unos de otros. Las variaciones que existen entre los individuos hace que cada uno tenga distintas capacidades para adaptarse al medio natural. Al paso de las generaciones, los rasgos de los individuos que mejor se adaptaron a las condiciones naturales se vuelven más comunes y la población evoluciona. Darwin llamó a este proceso "descendencia con modificación". 


                                      El origen de las especies (1859)



La teoría de la evolución que postuló Darwin tuvo un enorme impacto en el pensamiento europeo de la segunda mitad del siglo XIX, en ella explicaba el proceso evolutivo de los seres vivos. Los principales argumentos son:
1. Los tipos biológicos o especies no tienen una existencia fija ni estática sino que se encuentran en cambio constante.
2. La vida se manifiesta como una lucha constante por la existencia y la supervivencia.
3. La lucha por la supervivencia provoca que los organismos que menos se adaptan a un medio natural específico desaparezcan y permite que los mejores adaptados se reproduzcan, a este proceso se le llama "selección natural".
4. La selección natural, el desarrollo y la evolución requieren de un enorme período de tiempo, tan largo que en una vida humana no se pueden apreciar estos fenómenos.
5. Las variaciones genéticas que producen el incremento de probabilidades de supervivencia son azarosas y no son provocadas ni por Dios ni por la tendencia de los organismos a buscar la perfección (como proponía Lamarck).

      

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